En la larga lista de conceptos que construyen la nomenclatura …
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En la larga lista de conceptos que construyen la nomenclatura moderna del emprendimiento, desde el año pasado da vueltas una nueva idea: el internet de la cosas. Desde el punto de vista informático y de las telecomunicaciones, la idea se refiere a una red de objetos cotidianos interconectados. Si bien es una idea fácil de explicar, es compleja de aplicar.
Si todos los objetos de la vida cotidiana constan de sistemas con etiquetas de radio, pueden ser identificados y gestionados de manera coordinada e informada. Con las próximas generaciones de aplicaciones de internet, se podrán identificar todos los objetos, algo que aún no se puede, pero que –sin duda- se está muy cerca.
Una sola idea: si las personas están rodeadas de entre mil y 5.000 objetos en sus vidas, el sistema de “internet de las cosas” debe codificar de 50 a 100.000 millones de objetos y seguir su movimiento. Ahora, ¿qué tiene que ver todo eso con el emprendimiento?. Hay que hilar fino. Si bien la vida moderna no es exactamente como la anunciaba la serie de cómics “Los supersónicos”, sin posibilidad de errores, se camina hacia allá.
Los autos ya avisan cuando tienen un pequeño error y en poco tiempo más se conectarán con el taller más cercano para pedir una hora. O lo clásico: que el refrigerador detecte la necesidad de comprar más verduras, cervezas o carne y haga el encargo al supermercado que esté en línea. O algo que ya ocurre: las casas y edificios regulan la temperatura y el calor en función de la actividad que se lleve a cabo en ellos.
La vida del “todo conectado” trae con ella una buena oportunidad de negocios. Un estudio hecho por la Fundación para la Innovación Bankinter, en colaboración con Accenture, señala que en las tres capas con que la nueva se compone existen variadas posibilidades de emprendimientos.
– El hardware. “Internet de las cosas” necesita del desarrollo de hardware en forma de sensores y dispositivos que permitan la interconexión entre objetos. Alicia Asín, gerente de Libelium, llama “Modelos horizontales de negocio: soluciones que pueden ser aplicadas en diferentes tipos de industria”. Por ejemplo, una cosa que apunta Asín es que aún falta dilucidar cuál será el “sistema operativo” a través del cual se podrá operar todo, pero una vez dilucidado se requerirán de múltiples servicios para construir soluciones específicas. Hay que comenzar a pensarlas y diseñarlas desde ya.
– Los operadores. La proliferación de smartphones está saturando las redes, lo que necesariamente obligará al desarrollo de nuevas formas de conectividad que permitan seguir ampliando estas redes de conexión. El citado informe señala que “la verdadera innovación del internet de las cosas puede venir de la apertura de las redes de sensores al gran público. Surgiría un mercado fragmentado de microproveedores con modelos de negocio basados en la gestión de redes locales”.
-El software. Otro gran campo de oportunidades surge con el desarrollo de aplicaciones y servicios que gestionen toda la información generada por el internet de las cosas. Aquí los modelos son más verticales, porque normalmente se dirigen a un área concreta de actividad.
A estas alturas la coincidencia es absoluta: todo lo que nos rodea tendrá inteligencia y las “cosas” ofrecerán una mejor calidad de vida. En todas las áreas con las que se construye “internet de las cosas” se requerirán aplicaciones, servicios, atenciones, desarrollos y requerimientos ante los cuales los emprendedores tienen la palabra.
En otro blog, se recogerán los desafíos y las complejidades.