Sheryl Sandberg, Directora Operativa de Facebook y considerada una de …
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Sheryl Sandberg, Directora Operativa de Facebook y considerada una de las “25 Personas más Influyentes en la Web” por la revista Bloomberg Businessweek en el año 2011; y una de las “50 Mujeres más Poderosas en Negocios” por la revista Fortune en el año 2008, discurre acerca de las razones de porque la cantidad de mujeres líderes en el mundo es menos de lo que esperaríamos.
Es una realidad que hoy en día las mujeres tienen muchas más oportunidades que sus madres o abuelas, sin embargo el problema es que, aun así, estas mujeres no logran posicionarse en los puestos directivos en ninguna parte del mundo.
Comenzando con algunas cifras: De 190 jefes de estado solo 9 son mujeres. De todo el personal parlamentario a nivel mundial solo un 13% son mujeres. En el sector empresarial, las mujeres que ocupan puestos gerenciales o asientos en directorios solo alcanza un 16% aproximadamente. Incluso en las organizaciones sin fines de lucro las cifras no superan el 20%.
Un estudio en los Estados Unidos demuestra que en los puestos gerenciales dos tercios de los hombres casados tienen hijos, en el caso de las mujeres sólo un tercio tiene hijos.
¿Cómo cambiamos estos números? ¿Cómo hacemos que las mujeres dejen de abandonar la fuerza laboral? Se han planteado soluciones como flexibilidad, mentoría para mujeres, programas especiales para empresas. Para Sheryl todos estos cambios a nivel institucional son importantes, pero hay que comenzar por el cambio personal. ¿Qué les decimos a las mujeres que trabajan con o para nosotros? ¿Qué les decimos a nuestras hijas?
Principalmente 3 cosas.
1- Las mujeres deben sentarse en la mesa: El problema con las mujeres es que en la mayoría de los casos subestiman sus capacidades. Un estudio refleja que el 57% de los hombres negocia su sueldo al postular por primera vez al mercado laboral, solo el 7% de las mujeres hace los mismo. Es conocido que, un hombre atribuye su éxito a sus propias capacidades, por el contrario una mujer, generalmente, lo atribuye a factores externos como: la suerte, la ayuda de algún compañero o el trabajo del equipo.
La lección es: nadie llega a los puestos directivos si no se sienta en la mesa, nadie compite por un ascenso si cree que no tendrá éxito.
2- Convertir a la pareja en un verdadero compañero: Los datos reflejan que en una relación de pareja donde ambos trabajan, la mujer dedica el doble de tiempo que el hombre a las labores de la casa y el triple de tiempo que el hombre en el cuidado de los hijos. ¿Cuál de los dos es más propenso a abandonar la fuerza laboral? Obviamente la mujer.
Las causas que explican este fenómeno son complicadas. Al parecer la presión social que tienen los hombres de ser exitosos influiría en este sentido.
Otro estudio señala que en los matrimonios donde el sueldo de ambos y el tiempo que dedican ambos al trabajo doméstico es similar, la tasa de divorcio disminuye. Esta sola razón debiese ser suficiente para que ocurra un cambio de paradigma –dice Sheryl.
Aparentemente la solución es la dignificación del trabajo doméstico y del cuidado de los hijos, para que este sea asumido por miembros de ambos sexos en igual porcentaje.
3- No abandonar antes de tiempo: Cuando las mujeres comienzan a pensar en tener hijos, inconscientemente comienzan a pensar en hacer espacio para ese hijo, y desde ese momento dejan de asumir nuevos proyectos, solicitar ascensos o asumir mayores responsabilidades. En la práctica esto se traduce en que una mujer desde que queda embarazada (o incluso antes: desde que se lo propone) comienza a dejar pasar las oportunidades. Abandona.
Para contrarrestar esto, las mujeres deben conseguir trabajos que sean satisfactorios, desafiantes y enriquecedores. De esa forma cuando tengan hijos no querrán dejar de trabajar y buscarán la manera de compatibilizar ambos mundos. A su vez deben estar seguras de no tomar ese tipo de decisiones apresuradamente.
Sheryl concluye diciendo que su generación no será la que cambiará estas cifras, pero espera que la de sus hijas lo haga.