Ser ordenado en materia de finanzas es primordial en todo buen emprendedor, pero saber hacer un cierre del año fiscal es sin duda una responsabilidad fundamental y una necesidad para terminar bien el año y comenzar el próximo o uno nuevo con el pie derecho.
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Para comenzar a guiarte, en LanzateSolo.cl te queremos explicar que el cierre del año fiscal es el ejercicio final contable. El cual se obtiene de la elaboración de un documento basado en lo obtenido en el cierre contable, es decir, aquel que se realiza cada 31 de diciembre e indica si los ingresos obtenidos en los 12 meses han sido mayores que los gastos realizados. En términos simple, corresponde al cálculo de la cuenta de los resultados: pérdidas y ganancias, y al balance de la situación: activo, pasivo y patrimonio neto.
En este cierre fiscal entonces, posterior al cierre contable, se deben tener en cuenta conceptos como el pago de impuestos, probables deducciones fiscales y amortizaciones de activos. Por lo cual, es muy importante no confundir ambos tipos de cierres, ya que el último considerará la administración con tu tipo de sociedad (si la tienes) para el cálculo del impuesto de sociedades e impuesto a las utilidades.
Uno de nuestros primeros tips y recomendaciones, ya comprendidos ambos cierres, es ser sumamente cuidadoso y evitar caer en errores en el cierre contable, ya que nadie querrá arrastrar equivocaciones al cierre fiscal. Por lo tanto, se debe tener muy en cuenta ajustes como depreciación de activos, amortización de activos intangibles, provisión de la cartera, conciliación de las cuentas bancarias, comprobación de inventario, verificación de clientes deudores, entre otros más. Ya que, es aquí entonces, cuando los resultados obtenidos se trasladan a las cuentas del balance fin de año.
Lo segundo que te vamos a recomendar, es evitar acumular el trabajo para enero o febrero. Ya que, es común en pymes o negocios más pequeños, no llevar una contabilidad diaria o mensual, sino que dedicarse sólo a sus negocios y a pagar el IVA, principalmente. Entonces cuando llega fin de año, tienen que hacer de una vez todo lo anterior o para atrás, arriesgándose a equivocarse porque la información no aparece o no está definitivamente. Por lo tanto, si llevas la contabilidad al día, vas a llegar a enero del próximo año con todo listo y sin el estrés innecesario de tener de recordar todo lo que hiciste a comienzos del año anterior.
Ahora, ya cerrada la contabilidad del ejercicio, podemos hablar del asiento de cierre. Instancia en que se dejan de registrar las operaciones y se pone punto final al ejercicio y al mismo tiempo se da inicio al nuevo año con el asiento de apertura, en el cual queda reflejado las cuentas del ejercicio previo.
Para esto se deben cambiar las posiciones de los resultados, es decir, el “debe” se pasa al “haber” y lo colocado en el “haber” se traslada al “debe”. Pese a que este proceso sigue siendo parte del proceso de cierre contable, es imprescindible para poder a comenzar a trabajar sobre el cierre fiscal.
Para el cierre del año fiscal, debes tener en cuenta que las principales obligaciones tributarias del periodo que tienes con el Servicio de Impuestos Internos (SII), y que deberás presentar manera online, son las declaraciones obligatorias juradas que se realizan en marzo y que informan los movimientos del año anterior, el pago de honorarios con los cuales se hicieron retención de impuesto único y bienes raíces en el caso de pagar arriendo por un local.
En el caso de las sociedades, éstas deberán informar también retiros o dividendos y la Declaración de Renta realizada en el mes de abril a través del formulario 22. Además, si eres un emprendedor constituido como sociedad, deberás presentar la declaración de la sociedad y la de la otra persona o socio.
Finalmente, uno de los principales tips de balance final es que te dejes orientar o entregues esta responsabilidad a un especialista contable. Ya que, es la persona idónea y capacitada para llevar al día tus finanzas, determinar cuánto deberás pagar de impuestos, guiarte en decisiones comerciales adecuadas y basadas en números reales, pudiendo incluso concluir si has fijado los precios correctos y estás generando utilidades o estás cobrando demasiado bajo.
Así que no dejes todo para último momento, ordénate ¡y comienza a realizar tu cierre contable, cierre fiscal y balance final!